Tras 366 días (recordad que este año fue bisiesto) lleno de muchas series malas y buenas me toca hacer balance de lo que ha sido este 2012. El resultado de mi año seriéfilo queda de la siguiente manera:
10. Shameless y The Killing
Este puesto sirve para reivindicar dos series que deberían tener mejores halagos y que a mi parecer no se les valora como merecen.
Shameless (US), el remake de la serie inglesa nos entregó este año su segunda temporada. No sé si es porque se emite a principios de año o porque realmente los espectadores se acaban olvidando de ella por no tenerla tan presente, pero lo cierto que es Shameless ha sido nuevamente lo más irreverente del año y nos ha ofrecido de nuevo gente deplorable y con acciones más que cuestionables. Pero en el fondo todos sus personajes acaban teniendo su encanto y consiguen salir airosos de esa mezcla tan extraña entre la comedia más incómoda y el drama más desgarrador. Y es ligera y muy dramática al mismo tiempo. Y tenemos a William H. Macy, Emmy Rossum y una muy loca y agorafóbica Joan Cusack. Para que pedir más.